De OT a IT: la nueva frontera de la transformación digital industrial
- 30 jun
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Durante décadas, la industria ha funcionado con sistemas OT (Operational Technology) como pilar de sus operaciones: sensores, PLCs, SCADA, válvulas motorizadas, motores… Todo orientado al control de procesos físicos y a la continuidad operativa. Mientras tanto, el mundo IT (Information Technology) se encargaba de la gestión empresarial: datos, planificación, análisis, ciberseguridad.
Durante mucho tiempo, estas dos realidades han coexistido de forma separada.
Pero ese paradigma está cambiando. En 2025, la verdadera transformación digital industrial ocurre cuando esos dos mundos se integran: cuando los datos que genera un equipo físico se convierten en información útil para la toma de decisiones empresariales. Y eso solo es posible si se pasa del enfoque OT al enfoque IT.

¿Qué significa OT y qué es IT?
OT (Operational Technology) se refiere a los sistemas que gestionan el entorno físico: controlan bombas, miden temperatura, activan alarmas, monitorean presión. Son críticos, robustos, y muchas veces aislados por seguridad.
IT (Information Technology) se centra en procesar datos, tomar decisiones, coordinar procesos empresariales y proteger la información: hablamos de servidores, redes, bases de datos, ERPs, análisis predictivo, inteligencia artificial…
En el pasado, OT e IT estaban divididos por una brecha tecnológica y cultural. Hoy, esa división es un obstáculo.
¿Por qué la industria está pasando de OT a IT?
Necesidad de visibilidad en tiempo realLas organizaciones ya no pueden esperar informes mensuales: necesitan saber qué ocurre en campo, ahora.
Búsqueda de eficiencia operativaIntegrar OT con IT permite reducir tiempos de parada, optimizar recursos y actuar antes de que los fallos ocurran.
Presión competitiva y regulatoriaLa trazabilidad, el control remoto, la auditoría de procesos y la ciberseguridad ya no son opcionales.
Avances tecnológicos accesiblesHoy existen soluciones (gateways, edge computing, plataformas cloud) que permiten esa integración sin necesidad de sustituir toda la infraestructura existente.
De un equipo físico a un nodo digital
El paso de OT a IT no implica dejar de lado el hardware, sino darle una nueva capa de inteligencia. Por ejemplo:
Una válvula ya no solo abre o cierra: también informa cuántos ciclos ha realizado, bajo qué condiciones, cuándo necesita revisión.
Un skid de medición no solo transmite una lectura: también guarda un histórico, detecta anomalías, genera alertas y se conecta con sistemas de mantenimiento o análisis remoto.
Un sistema de bombeo puede ajustarse automáticamente según curvas históricas de presión, caudal y consumo energético.
Este cambio convierte a cada equipo en un nodo dentro de una red de valor, donde la información fluye desde campo hasta la nube (y de vuelta), potenciando decisiones más rápidas y efectivas.
Retos de esta transición
La integración OT/IT no está exenta de desafíos:

Cultura organizativa: romper silos entre departamentos técnicos, informáticos y operativos.
Ciberseguridad OT: proteger activos críticos sin desconectarlos del mundo digital.
Interoperabilidad: garantizar que equipos de distintas marcas y generaciones puedan compartir información útil.
Formación: preparar a las personas para operar y mantener estos nuevos entornos híbridos.
¿Qué viene después?
La integración OT/IT es solo el comienzo. En los próximos años veremos:
Uso intensivo de inteligencia artificial para mantenimiento predictivo.
Gemelos digitales que simulan el comportamiento de activos industriales en tiempo real.
Plataformas centralizadas para visualización remota y operación distribuida.
Modelos híbridos de procesamiento local (edge computing) y en la nube.
La industria está dejando atrás los “equipos mudos” para abrazar un futuro donde cada activo habla, aprende y actúa en coordinación con todo el sistema.
Conclusión
Pasar de OT a IT es mucho más que una actualización tecnológica: es un cambio de mentalidad. Significa entender que el valor ya no está solo en el control del proceso, sino en los datos que ese proceso genera. Y que quien sepa aprovecharlos, liderará la próxima revolución industrial.
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